domingo, 13 de febrero de 2011

Es una antorcha al aire esta palmera,
La sangre de un volcán que enamorada

del padre sol se revistió de anhelo

y se ofrece, columna, a su morada.

Hoy me quiero saltar la norma no escrita

Vuelve hacia atrás la vista, caminante,

verás lo que te queda de camino;

desde el oriente de tu cuna el sino

ilumina tu marcha hacia adelante.

Es del pasado el porvenir semblante;

como se irá la vida así se vino;

cabe volver las riendas del destino

como se vuelve del revés un guante.

Lleva tu espalda reflejado el frente;

sube la niebla por el río arriba

y se resuelve encima de la fuente;

la lanzadera en su vaivén se aviva;

desnacerás un día de repente;

nunca sabrás dónde el misterio estriba.

verde llama que busca al sol desnudo


para beberle sangre; en cada nudo

de su tronco cuajó una primavera.

Sin bretes ni eslabones, altanera

y erguida, pisa el yermo seco y rudo;

para la miel del cielo es un embudo

la copa de sus venas, sin madera.

No se retuerce ni se quiebra al suelo;

no hay sombra en su follaje; es luz cuajada

que en ofrenda de amor se alarga al cielo;

UNAMUNO

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