|
Aquí en cada casa lo queremos y aunque sea de plata, de cristal o de luna, nació para las pobres cocinas de la tierra. No lo guardes, avaro, corriendo frío como relámpago mojado debajo de tus olas. |
Ven, ahora, ábrete y déjalo cerca de nuestras manos, ayúdanos, océano, padre verde y profundo, a terminar un día la pobreza terrestre. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario